Alimentación y caries infantil

La aparición de caries está asociada a diferentes factores: una dieta rica en azúcares, una higiene oral deficiente, el tipo de bacterias presentes en la boca y la susceptibilidad particular de cada persona.

La caries dental es una infección del diente, es una enfermedad bacteriana destructiva de las estructuras dentales producidas por una serie de microbios que viven en nuestra boca. Las caries son, además, la enfermedad infecciosa más común de la infancia, siendo 5 veces más frecuente que la segunda, el asma infantil.

La caries de la primera infancia o “Caries del Biberón” puede producirse desde el mismo instante en que aparecen los primeros dientes en la boca del niño. Desde este momento, es conveniente empezar la limpieza bucal de los dientes del niño con una gasa húmeda.
El principal amigo de las caries es la falta de una higiene correcta. Para su aparición tiene que haber un medio oral ácido, y todo aquello que pueda provocar un pH ácido es potencialmente peligroso. Por ejemplo, las chuches, los caramelos, las bebidas refrescantes y los zumos con azúcares añadidos.

Un estudio publicado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria dice que el 70% de las familias españolas dan zumos envasados  a sus hijos, a la hora del almuerzo y merienda.

Los zumos envasados son tan malos como los refrescos, con gran cantidad de azúcares lo cual no es solo malo para los dientes; sino también para su salud general, con mayor riesgo de diabetes, obesidad y las complicaciones que de todo ello derivan.

Es muy importante eliminar estos alimentos o disminuir la cantidad de los mismos y el Odontopediatra le ayudará a buscar alternativas más sanas (agua, queso, frutos secos, pescado, verduras, etc).

El Odontopediatra se encarga del diagnóstico de las caries mediante revisiones periódicas en la clínica dental que han de tener lugar cada seis meses.

La fluorización, bajo control del Odontopediatra, es uno de los remedios más eficaces para luchar contra la caries. El esmalte se puede reforzar y remineralizar mediante la aplicación de flúor. El flúor reacciona con los cristales de hidroxiapatita del esmalte y los convierte en cristales de fluorapatita que son mucho más resistentes a la acción de los ácidos. Según la OMS, reduce la incidencia de caries hasta en un 50%.